La Carta China. Un nuevo blog

Ya sé que tengo abandonado este blog y no tengo nada mejor que liarme con otro. En realidad está menos abandonado de lo que parece, son infinidad de entradas las que he escrito pero se han quedado todas en el borrador de lo horrendas que me parecían, quizá me sirva distrairme con La Carta China. Un blog que está hecho para promocionar la proxima edición del Twilight Struggle, en lengua cervantina, que lanzara al mercado Devir el próximo año.

Una excusa como otra cualquiera para hablar de la Guerra Fría y del juego que más he jugado estos últimos cinco años. No es perfecto, pero ¿qué lo es? Y pienso divertirme todo lo que pueda. Ojalá que lo que yo encuentre divertido lo sea para vosotros. Yo os animo a leerlo, y con toda la jeta del mundo, a que lo publicitéis y enlacéis por todas partes. Allí nos vemos.

Copa «Twilight Struggle» Clasificación final

Ya está, concluyó, la primera copa «online» al juego Twilight Struggle de los usuarios del foro de la bsk. Alta participación, gran compromiso de juego por parte de los participantes. Y lo mejor que he ganado. Por fin gano a algo, no está mal. Por poner pegas, en este formato de juego, por eliminatorias con el bando preestablecido, el jugar con los soviéticos marca mucho. He visto pocas grandes partidas. Habra que mejorar lo de los emparejamientos para un futuro. Y también algun que otro problemilla con el modulo de vassal.
Próximo objetivo: Aumentar la participación y conseguir un patrocinador, aunque sea para un premio testimonial. Para una vez que gano algo.

Y está es la clasificación final

Y el hallazgo de challonge, la página generadora de torneos online, una de las cosas a destacar, una herramienta muy sencilla, que ofrece muchas posibilidades para que todo transcurra sin sobresaltos y casi sin esfuerzo alguno.

Y esta es la posición final de la última partida del torneo

La Carrera de la Paz. La guerra fria y el ciclismo.

«(…) La Carrera de la Paz expresa la voluntad de todos los participantes de mantener una paz duradera, la seguridad y la cooperación entre los pueblos de todos los continentes de nuestro planeta. (…) Se profundiza la solidaridad internacional entre los atletas y la popularización del del ciclismo amateur »

La selección de la RDA en la Carrera de la paz ¿año 1987?

Se acerca el verano rápidamente y con él, el Tour de Francia, seguramente la competición deportiva que más me llama la atención. Antés la idolatraba, desde los tiempos de Angel Arroyo, Hinault, Laurent Fignon, Pedro Delgado, Greg Lemond Marino Lejaterra y por supuesto, Indurain. Desde 1998 con el caso Festina y los posteriores escandalos del doping con las expulsiones en plena carrera de virtuales vencedores y, quizá, el abrumador dominio de Amstrong enfriaron mi relación con la carrera francesa. La seguía y en ocasiones volvía a vibrar, el duelo de Ulrich con Amstrong en 2003, las etapas del Euskaltel, y siempre, los Pireneos y los Alpes, magníficos de ver en cualquier edición. Pero todo eso era destruido una y otra vez con algún caso de doping, incluso de quien menos lo esperabas.

Afortunadamente de un par de años para  aquí he vuelto a recuperar el interés por el Tour, quizá fue por el regreso de lance Amstrong y la curiosidad por ver que tal le iban las cosas en la carretera (y el deseo oculto de que no volviera a ganar). No gano, pero consiguió despertarme. Otra vez volvía a consultar los perfiles de etapa, la lista de corredores. Quería ver todas la etapas posibles, incluso las sesteantes con llegada al sprint para comprobar de primera mano el estado de forma de los corredores. Que sus nombres me resultaran familiares, en el Tour de 1991 sabía quienes eran Lemond, Fignon, Bugno e Indurain. Pero también Roosen, Skibby, Nijdam y compañia. Otra vez intentare ver integras las etapas más exigentes, incluso cuando sé que en los primeros kilometros, tras la escapada buena inicial, lo más interesante es ver a los pobres ciclistas orinando en las cunetas, da igual, es el Tour, es ciclismo, del grande. Sin embargo está la sombra de la duda. El caso Contador no inspira mucha confianza. Tenemos un gobierno que levanta las manos indignado con las acusaciones de pepinos contaminados pero no duda en desprestigiar las chuletas patrias al hacer buenas las tesis de que se inflan con clenbuterol. Supongo que es la inocencia perdida, que una vez roto el velo ya no se ve nada como antes.

Y así, como la vieja nueva obsesión vuelve a habitar mis pensamientos, he dedicado buena parte del día de ayer a navegar por la web en busca de recuerdos del pasado. Buscaba juegos de mesa que hablaran sobre ciclismo, pero también esas momentos que ya empiezán a quedar lejos, como el paso di Gavia en el Giro del 88, o el primer tour de Indurain, o las primeras victorias de los escarabajos en las montañas de Europa. Pero también buscaba algo que en su momento no preste demasiado atención, la participación de una selección soviética de ciclismo en ruta en la Vuelta Ciclista a España en las ediciones de 1986 y 1987, de la que sólo recuerdo que en los periódicos se decía que ganaron por goleado al equipo americano que se presento (el Xerox creo que era) y que abandonaron todos sus miembros antes de llegar a la meta. Es verdad que eran amateurs, pero vaya amateurs, campeones olimpicos y algunos de ellos con sus añitos.

Morozov, Vedernikov (21 años campeón del mundo amateur en ruta), Sukhoruchenkov, ?,Voloshin, Barinov. Es el tour del porvenir del año 1981

Parafraseando a John Le Carre son los ciclistas que surgieron del frió, de los timidos pasos en pequeñas vueltas sobre todo en Francia a principios de los 80, luego aquellas vueltas a España, y después con el Alfa Lum, el equipo de San Marino el salto de las grandes figuras al profesionalismo. Les fue bien a casi todos aunque se les reprochaba cierta diletancia para la clase que tenían. Pero los Abodoujaparov, Ivanov, Klimov, Ekimov, Poulnikov sirvieron como avanzadilla para lo que hoy es muy habitual, encontrar algún ciclista de alguna república ex soviética en sus filas los hay tan famosos como Denis Menchov(ruso) , Yaroslav Popovich (ucranio) o Vasili Kirienka (bielorruso), pero hay muchos más, pero no sólo de esos países, también de los antiguos miembros del Pacto de Varsovia.

Greg Lemond en tour del porvenir de 1982 donde gano a entre otros, Lucho Herrera, Robert Millar y Sukhoruchenkov (en la imagen a la izquierda) el campeón en ruta de los JJOO de Moscú 1980,

Pero el ciclismo en los países del llamado bloque socialista, ese gran desconocido que decía el otro, no se limitaba a citas estelares puntuales como JJOO, campeonatos mundiales y europeos. También tenía su propio Tour, que se llamaba La Carrera de La Amistad. Una prueba que nació en 1948 uniendo Varsovia con Praga, y más tarde, en 1952, Berlín. esas tres capitales serían el eje de las rutas de las diferentes ediciones. Una prueba que estaba organizada por periodicos estatales, así como en Italia el Giro lo organizaba La Gazere de lo Sport, el Tour el diario L´Equipe, y en España la Vuelta El Correo Español, allí eran  el polaco Trybuna Ludu, el checoslovaco Rudé Právo, y alemán Neues Deutschland. La verdad es que tiempos aquellos en que la prensa deportiva prefería organizar eventos deportivos y dar cuenta de las hazañas que allí sucedían a azuzar y amplificar estériles polémicas y fantasías.

Miguel Indurain en La carrera de la Paz de 1983, Es el grandote que está con el maillot de España en la cola del pelotón

Lo cierto es que La Carrera de la Amistad tenía una particularidad estaba abierta a los extranjeros (el propio Indurain la disputó en 1983) que participaban con la condición de ser amateurs y en selecciones nacionales. No es raro encontrar en puestos destacados a franceses, británicos o daneses en sus ediciones. La premisa con la que abría la entrada y que figura en la primera página del reglamento parecía real  «(…) La Carrera de la Paz expresa la voluntad de todos los participantes de mantener una paz duradera, la seguridad y la cooperación entre los pueblos de todos los continentes de nuestro planeta. (…) Se profundiza la solidaridad internacional entre los atletas y la popularización del del ciclismo amateur » Como también parece real el ambiente festivo que rodea a la carrera de la Paz, la expectación por ver a los campeones, y las sonrisas, muchisimas sonrisas, de los espectadores y de los ciclistas. Salvo el Tour, y quizá el Giro, se ha perdido ese sentido de fiesta que es una gran vuelta.

El Tour de la Paz no paso por Praga en 1969, debido a la repersión de la Primavera de Praga, y en las ediciones de 1986 y 1985 el diario Pravda se sumo a la organización con salidas de Kiev y de Mocú respectivamente. Fueron sus mejores años. Con la caída del muro, los ciclistas dieron el salto a occidente y sus quipos profesionales preferian disputar otras pruebas más rentables y reconocidas en Occidente. Sobrevivió como pudo en un entramado comercial y con una federación, la UCI, que condena a las pruebas pequeñas, hasta que el año 2006 desapareció. No estoy seguro pero creo se mantiene una marcha cicloturista con esa denominación. Lo que estoy seguro es que tardara mucho en borrarse de la memoria de los aficionados al ciclismo de aquellos paises.

Por supuesto La Carrera de La Paz, ha sido trasladada a los tableros, tanto por checoslovacos, como por alemanes orientales.

La caja de la edición de 1991 de La carrera de la Paz (gracias a cyclingboardgames.net)
La edición de 1959 en la RDA (Alemania oriental) cyclingboardgames.net

Ambos juegos no parecen ser nada del otro mundo, tiradados estilo oca un poco más complicado. Pero para mi ha sido una autentica sorpresa que existiera este tipo de producto. ¿Quien sabe igual tenían hasta algo parecido a nuestras chapas para reproducir sus particulares Carreras de la Paz. Yo me hago mayor ya para jugar con chapas, y para reproducir mis particulares etapas me conformo con el PC, más frio, más espectacular pero me permite volver a pasear el maillot de la CCCP por las carreteras de Europa junto a Schlek, Contador y Cia.

Imagen del Pcm 2010 (modificado)

Chernóbil 25.

El 26 e abril se celebra el vigesimoquinto aniversario del accidente de Chernóbil, la segunda catastrofe  más importante en la breve historia de la energia nuclear, tan sólo superada en el triste ranking por las dos bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki.

Fukushima, la central japonesa afectada por el terromto del pasado mes de marzo, hace que el accidente de la central nuclear de  Chernóbil vuelva a estar presente en los medios de comunicación de masas y seguro que el aniversario no pasa desapercibido.

Durante todos estos años Chernóbil no se puede decir que haya pasado al olvido, se han publicado libros, documentales y telefilms, y, sobre todo la red alberga infinidad de webs y blogs dedicados al accidente. La ciudad de Pripiat (la ciudad más cercana a la central), los liquidadores, la evacuación, el cancer, las deformaciones todo ello está en la web. Chernóbil figura con derecho propio como uno de los sellos más importantes de nuestra era. Por eso me resulta complicado acercarme a Chernóbil, contra algo que no sé haya contado ya. Y lo que siento ante esta tragedia supongo que será similar a lo que sienten varios miles de millones de personas. Pero aún así algo creo que tengo que decir.

La carta de Chernóbyl en el TS (Fotografía cortesia de Sr. cabeza)

Por un lado y como anécdota introductoria Chernóbil aparece en los juegos de mesa, al menos en uno, Twilight Struggle, el juego de la guerra fria. En el juego, como no,  Chernóbil es un evento que favorece al jugador yanqui. Y de que manera,  el jugador soviético no podra colocar puntos de influencia en una región que el jugador americano determine. Normalmente será Europa o Asia, regiones en las que el normalmente bajo nivel de DEFCON prohíben los golpes de estado y realineamientos. Con todo es una carta muy poderosa para jugar como headline, pero que en manos del soviético se convierte en agua de borrajas.

La verdad es que resulta difícil evaluar el impacto de Chernóbil en el contexto de la guerra fria. ¿Aceleró la desaparición ed la Unión Soviética? No lo sé. Lo que sí está claro es que impactó en el secretario general del PCUS Mijaíl Gorbachov. A una mesa desbordada por las cartas que contaban el sufrimiento de las madres de los soldados en Afganistán, se le sumaba el oprobio internacional que causaba la nube radioactiva expandionse por toda Europa. Gegún Vladislav Zubok la catastrofe de Chernobil suponía para Gorbachov  una revelación;  la guerra. Hemos aprendido que puede significar una guerra nuclear llegaría decir en el Politburo. La política exterior soviética y su relación con los EEUU cambió. A pesar de tener en contra a los generales del ejército y a la Casa Blanca de Reagan, aposto por una doctrina militar, que descartaba la victoria en un escenario nuclear y confería al ejército objetivos (y recursos) más modestos. Queda por saber si, tal y como temían los generales, esa desleración del esfuerzo militar supuso algo en la caída de la URSS. Sin embargo, y por otro lado, no parece que el uso civil de la energía nuclear en la Unión Soviética (ni en las repúblicas herederas) fuera cuestionado por Gorbachov.

Así Chernóbil y Afganistán quedan como los dos grandes símbolos de los últimos años de la URSS. La sociedad civil soviética se enfrentó a dos grandes desgracias provocadas por los errores del estado soviético.

En Ucrania y Bielorrusia los afecatados por la radiación liberda tras la accidente fueron evacuados tarde y mal. Primero, y más de 24 horas después, lo fué la ciudad de Pripiat a sólo 3 quilométros de la central, después, mucho más tarde, los pueblos de más allá, de mucho más allá. Llaman la atención los videos de la evacuación, de la jornada del 26 de abril en la ciudad del Pripiat donde la rutina de la ciudad se mantiene a pesar de que los habitantes les llame la atención las mascaras de los agentes de la policía.  Nada sabían y poco más les dijeron el día siguiente salvo que les trasladaban a la región de Kiev. Y en Kiev menos se sabía. Habría que preguntar a los más periodistas deportivos más veteranos. El 2 de mayo de 1986, una semana después del accidente, el Dinamo de Kiev jugaba la final de la Recopa de Europa contra el Atlético de Madrid en Lyon, y la ganaban con un espectacular 3-0.  Era un Dinamo fabuloso con jugadores como Blojín, Zavarov y Belanov, pero  ¿sabrían algo de lo que ocurría en esos momentos cerca de sus hogares? ¿Expresaron temores en algún momento? Yo no he podido, o no he sabido, encontrar nada, así que me imagino que nada de lo que estaba ocurriendo era todavía conocido, salvo el desplazamiento de la población. De la gravedad de la fuga radiactiva nada.

Lo cierto es que la tragedia de Chernóbil, simbolizada en la ciudad de Pripiat -en aquél entonces con 40.000 habitantes-, me trae a la memoria otra ciudad que dejó de existir Pompeya,  mientras en la ciudad ucrania es la chimenea de la central lo que domina la ciudad, en la ciudad romana era el Vesubio. Y el Vesubio terminó con la vida en esa ciudad.

Pripiat. Al fondo la silueta de la central de Chernóbil.

Hoy Pompeya es un festín para arqueologos y turistas. Los arqueologos pueden ver in situ como era la planta de una ciudad romana y que elementos urbanos constituían la vida pública y privada de un romano. Hoy en día también hay turistas en Chernóbil, en Pripiat, y también los arqueologos podrán echar un vistazo a lo que era un ciudad soviética típica. Y lo que vean quizá nos sorprenda. En mi caso me llaman la atención la abundancia de recursos públicos, los parques, el mmobiliario infantil, la piscina, el estadio de futbol, pero sobre tooo el espacio. Que diferente resulta unz ciudad ajena a la presión inmobiliaria, donde el metro cuadrado, y más en el centro de una de ciudad, es de oro. Casi es un lujo contemplar el urbanismo de Pripiat, pero habra quien eche pestes de los grises y aburridos bloques soviéticos.

No quiero, para finalizar, propiciar ningún encendido debate a favor o en contra de la energía nuclear. Me temo que mi postura es bastante estalinista en este asunto. Si es para un beneficio de la humanidad, que así sea. Pero como cuenta Stanislav Lem en sus Diarios de las Estrellas; en un futuro indeterminado el intrépido Ijon Tichy es llamado como representante de la Humanidad para dar cuenta de los logros de esta ante las civilizaciones del espacio. Como uno de los pocos logros que puedan impresionar a semejante audiencia presenta el control sobre el átomo, la energia nuclear «-¿Y para que la usan? ¿ desvío de continentes?- le preguntan» «-No, destruir ciudades-«. Exactamente eso es la energia nuclear en manos del hombre. Bueno destruir ciudades, encender luces de neón y generar beneficios.  Unos valores más acorde con la sociedad imbécil que vimos, que prefiere despilfarrar, y entre otras cosas ver a sus bomberos luciendo palmito en los terribles calendarios que tan de moda están ahora; nada que ver con los héroes anónimos, personas normales y corrientes que apagaron el fuego de Chernóbil. En fin está sociedad va a morirse de exceso de kilowatios.

El debate de la cocina. La carrera por el electrodoméstico.

Nixon y Jrushchov debaten en el stand norteamericano (Moscú, julio 1959)

Ya han pasado casí 52 años desde que se produjo uno de los capítulos más amables -aunque de escasa trascendencia real- de la guerra fría, el conocido como Kitchen debate (debate de la cocina) y protagonizado por los entonces,  secretario general del PCUS, Nikita Jrushchov, y el vicepresidente de los EEUU, Richard Nixon.

Ambos dirigentes coincideron en Moscú con motivo de la inauguración exhibición organizada por los EEUU en el parque Sokolniki, y explicable en el contexto de distensión poststanilista. El muro de acero se abrió y los ciudadanos soviéticos pudieron contemplar (y admirarse con) el modo de vida norteamericano en un hogar medio. La exhibición tenía entre otras cosas una casa modelo de seis habitaciones, con una cocina que incluía los últimos adelantos técnicos en electrodomésticos de linea blanca, lavadora, secadora, cocina, frigorífico, cortadoras de cesped, pero también otros productos como los zapatos, cosmeticos, cereales del desayuno, refrescos, cadillacs descapotables, etcetéra.

Así de impresionaste luce la publicidas doméstica en los EEUU durante los años 50. Y que feliz está el ama de casa con su nevera repleta.

La verdad es que resulta extraño que los soviéticos permitieran semejante exhibición en su propia casa. El retraso de la Unión Soviética respecto a los EEUU en bienes de consumo era palmario. Pero quizá era cierta la confianza ciega (e injustificada) de Jrushchov en superar el nivel de vida occidental. «Ustedes son listos» -le espeta a Nixon- «pero tienen más de 150 desde su declaración de la independencia, nosotros apenas tenemos 40 años, y en una decada les sobrepasaremos y les diremos adiós».

Pero el debate está en el terreno de Nixon y le es fácil dejar a Jruschov como un bravucón «cualquier trabajador puede comprar una casa como esa por 14.000 dolares»  (En aquellos momentos un trabajador estadounidense ganaba más de 100 dolares semanales). Las replicas del líder soviético son vagas y falsas «usted piensa que los rusos se quedarán estupefactos ante esta exhibición; pero el hecho es que casi todas las casas rusas recién construidas cuentan con este equipo. En Estados Unidos se necesitan dolares para comprar esta casa, pero aquí lo único necesario es haber nacido como ciudadano». Tan sólo consigue poner en ciertas dificultades a Nixon ante la afirmación «esta casa hace más fácil la vida al ama de casa», la respuesta es obvia «aquí no se observa el comportamiento capitalista hacia la mujer», es decir en la Unión Soviética, la figura del ama de casa, del ángel del hogar» prácticamente no existía, no quiere decir esto que no fuera un país machista, ni que fuera el paraíso de la mujer, pero la imagen del ama de casa feliz y satisfecha por serlo, desde luego no se cultivaba y alentaba.

Pero el debate es un claro triunfo del vicepresidente que consigue trasladar la presión de la carrera armamentista a la carrera por el electrodoméstico, donde lleva una ventaja incuestionable, las vacilaciones de Jrushchev, y sobre todo la foto del debate, donde Nixon señala incisivo con su indice el pecho de Nikita, le sirven para que su imagen en los EEUU y pueda convertirse en el candidato republicano a las elecciones presidenciales del siguiente año, 1960.

La foto del "debate de la cocina". Realmente esta foto es lo único que realmente aporto el famoso debate, y tan sólo para consumo interno de la opinión pública norteamericana.

Pero Nixon no ganaría las elecciones de 1960, y Jrushchov sería destituido en 1964. Uno de los grandes errores de Jruschov, sería ese, comparar publicamente los logros y aspiraciones de la sociedad soviética con los de la americana. Stalin nunca lo hizó, se refugiaba en la pretensión de «crear algo nuevo». Y Jrushchov nunca supo ver que la sociedad americana no satisfacía necesidades si no deseos. La sociedad que se contaba en los picapiedra, la de las barbacoas, boleras y técnica en el hogar era real. Y el comunismo se supone que satisface las necesidades. Tal y como diría Marx «Cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad». Pero la carrera de los electrodomesticos seguiría como hasta entonces, la civilización del consumo disparada y en la URSS, los toscos y rudimentarios, primeros electrodomesticos, como el frigórifico «Birius» o la lavadora «Riga».

Lavadora soviética "riga"

Kitchen debate es también una carta del juego de mesa Twilight Struggle, el juego de GMT Games que simula la guerra fría entre las dos superpotencias. A día de hoy (por si acaso, observese la fecha)es considerado por la comunidad de aficionados a los juegos de mesa, como el mejor juego de mesa, no es que este muy de acuerdo con semejante distinción, pero ya hablé de este juego en este mismo blog, – hace ya más de dos años, pincha aquí para ver la reseña-.

Imagen de la carta extraída de la versión electrónica (vassal) del Twilight Struggle

Pero a lo que iba, Kitchen debate aparece en el juego, como una de las cartas más debiles del americano, tan sólo 1 punto de operaciones, y un evento que generalmente es dificil de poder ejecutar, dos puntos de victoria si el jugador americano controla más paises conflictivos y, sobre todo, y al modo que hizo Nixon con Jruschov, toca con el dedo el pecho de tu oponente.

Y hasta aquí la entrada de hoy, con mil ramificaciones que deja el tema de la carta que no he sabido tocar o que he preferido obviar, pero contento de haber vuelto a tocar el mundo de los juegos de mesa en general, y de la historia que se esconde detrás de alguna de las cartas de los llamados Card Driven Games.


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